Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González.
Alberto Jiménez Rufino, un hombre de pueblo… canosos cabellos, estatura mediana, brazos fuertes, como los de toda persona de trabajo rudo; curtido por el sol y por el aguardiente que durante años había ingerido. Su expresión era alegre, espontánea, vivaz, la del veracruzano legitimo… gozador de tiempo completo. Vendedor de jugos de naranja, con la peculiaridad que bajo el mostrador de su estanquillo guardaba, a buen recaudo, una reserva de refino… pa´ lo que pudiera ofrecerse… lo ofertaba con simpatía: “Vas a querer o no vas a querer”.
Para muchos lectores este nombre de Beto resultará desconocido. No para los vecinos del barrio “el tamarindo” ni para las generaciones de jóvenes que lo vimos en “Barrionuevo”; ahí estaba, en los años 70s como trozo de la fachada de aquella Escuela Secundaria Federal Acayucan. Era como parte del inventario de tal plantel, frente a la institución que ocupa una manzana de terreno comprendida entre las calles Riva Palacio, Aldama, Guillermo Prieto y Comonfort
Saludaba a diestra y siniestra, le ponía apodo a cualquiera, algunos motes muy celebres pero impronunciables e inmensurables, como el sobre nombre que se le ocurrió respecto a los apellidos del respetable director de tal sementera educativa: Alfredo Vega Labra. A todo mundo bautizaba y todo mundo se le dirigía por un apelativo: Zumba.
Hace apenas unos 15 años, lo mirábamos en tal sitio como pieza de escenografía, en su esquina de Comonfort y Riva palacio. Resultaba un espectáculo observar como infinidad de transportistas prácticamente se reportaban ahí, como si checaran tarjeta. Todos los choferes, de vehículos diversos, tenían que ver con él. Si este señor hubiera cobrado por responder el saludo de los camioneros, de los catedráticos o de los secundarianos, y el de los alumnos de la Escuela Benito Barriovero, habría terminado sus días en la riqueza.
Caminaba por la ciudad desbordado en gracia y popularidad… sus paseos por las calles semejaban un postulante en campaña o en un papaqui… Era un Rey sin corona, el momo sin carnaval, el candidato sin partido. no precisaba fiesta… la celebración brotaba por sus ojos y sus labios… Su folklore se derramaba en toda su riqueza durante las fiestas de San Martín, animando esa tradición disfrazado de “arriero” para estimular la costumbre… solo de imaginarlo en esas lides me produce sonrisa. Refieren que les daba una corrediza a Tia Mica constantino, a Doña Carmen Patraca, por la Mina y Negrete, a la Señora Regina Garduza y hermanas, por la Miguel Alemán y por los tinacos del panteón corría tras nuestra respetada amiga Teresa López y otras vecinas de ese sector, con esa indumentaria de manga de hule y mascara de madera fabricada en Soconusco, sin faltar una buena correa que Zumbaba en las posaderas de quienes lograba alcanzar.
Como quien se identifica, se hermana e iguala, con el pueblo, todos lo llamaban Zumba. a todos se dirigía con tal frase, que era su preferida… la que lo hizo popular a lo bestia. “Zumba” era un saludo, su grito de batalla, su invitación… un ¡aliviánate! para sacudir la modorra… una especie de catarsis. Como esa expresión se movía alrededor de su puesto… le agregaba pa´variar, pa´dar énfasis, un concepto maligno: “Zumba diablo” o “Zumba Satanás”.
¿Qué es Zumba?
Quisiera ser hombre de letras para definir tal palabra, concepto o vocablo, que pronunciada en tono exclamativo, expresa por sí sola un estado, impresión, aviso, orden. Ignoro si se trata de una interjección o de una onomatopeya, aunque me suena a una combinación de ambas, una adaptación fonética de ruido y acción con una función lingüística muy sui generis….sintomática, psíquica, inaudita… Zumba, pudiera ser ánimo, consuelo o cadencia.
En alguna parte del mundo existen grupos, catervas, corrientes que ejecutan música a la que llaman así. Se dice que es terapia para aquellos que buscan olvidar sus preocupaciones y dejarse llevar por la mezcla de ritmos afro-americanos, latinos y del medio oriente, audazmente entrelazados en una rutina de ejercicios aeróbicos.
''Zumba, explica Alberto Pérez en un pagina de Internet, es una técnica de ejercicio cardiovascular de bajo impacto que combina bailes de todas partes del mundo incluyendo la famosa danza del vientre'', el creador de Zumba y a quien todos conocen como “Beto” ¡Vaya coincidencia! un tocayo sudamericano de nuestro Zumba, es un coreógrafo y bailarín colombiano que ha orquestado algunos de los seductores movimientos para que zumbe su compatriota Shakira.
ZUMBA, nos indica el diccionario guanaco de la lengua salvatrucha, en su edición de luxe, comparado con la información localizada en “HablandoPaja”.com, significa “Tomar guaro en exceso o algún otro brebaje embriagante durante varios días. Esta actividad produce un shock etílico, cambio de personalidad, delirium tremens, visiones del cachudo o de la Ciguanaba , y cuando pasa la zumba se borra todo el cassette. Sinónimos: Agarrar avión, Papalina, Zurundanga, Gran Talega”.
Zumba, siempre lo considere un saludo de Alberto Jiménez Rufino, democrático, múltiple… plural, que se podía transformar de lo jocoso y chocarrero a lo irónico y corrosivo. Para que testerearlo, ni moverle, porque le valia poco la circunstancia social o política…todavía mas peligroso resultaba batirse con Zumba cuando andaba bajo los efectos del guarapo, no respetaba condición o espacio para decirle a cualquiera:“Ahí estas como chota vieja”
Sus labores, en aquella esquina, comenzaban con el alba y terminaban a media tarde. Decía de quienes inexplicablemente se hacían millonarios de la noche a la mañana: “quien sabe como le hacen, porque yo trabajo todo el tiempo, desde la madrugada hasta la noche, todos los pinches días, y no tengo ni madre”.
Quizá porque fue cierto, quizá porque recordar con bondad es a veces exagerar, se cuenta que no había juguero más hábil que este hombre, que hiciera malabares para extraer el liquido de sus naranjas. Nadie más rápido ni mejor que él, ni para levantar costales de muchos kilos y manipularlos como si se tratara del cuerpo delicado de una princesa como las que a menudo describía… en lenguaje mas profano.
Zumba era un hombre franco, explosivo, inesperado. A veces de comportamiento antiinstitucional, nos causaba alegría escuchar sus anécdotas pero también resquebrajaba nuestra sensibilidad con su despecho, burla, su escepticismo hacia la vida. Así es la vida… un corredor con emociones que nos llevan de la risa al llanto… Alberto Jiménez Rufino también derramaba lágrimas. lo miré llorar…como los hombres… con sentimiento. Con igual polución lo escuche cantar, desde el fondo de su alma, acompañado por Antonio Zavaleta Lara: “Por vivir en quinto patio desprecias mis besos...”
En ese renglón trovador, rumbero y sonero, se revelan las esencias genéticas del Beto, desarrolladas creativamente, amplificadas, multiplicadas, en el mas sentido autentico de la inspiración y la calidad, cuando menos en dos de sus nietos: Cesar y Mario, artistas de cepa… quienes en su etapa de evolución musical nos hacen disfrutar su talento con intensa sensiblería, ejecutando chingonamente la guitarra, la jarana, la quijada, el pandero y las percusiones.. Cesar augusto con sus choros y Mario Alberto con sus décimas, exponen su talento en chambas y chiripas llanas, campechanas y naturales, lo mismo en el parque que en las escuelas, en taburetes o sobre alguna tarima. en el rancho, en el barrio o en el antro. Con la zumbadera por dentro, desgranando sus acordes, proyectan su imagen nómada y merodeadora, de cronistas reflexivos en asuntos tradicionales y del amor en todos sus matices. Sus presentaciones artísticas reflejan pautas de que la sencillez y la altura no son cualidades contrarias en este deteriorado mundo. Diría Genaro Patraka , de nuestros invocados: “Actualmente rolan versando en banquetas, callejones, peñas, foros vacíos, estadios llenos de gradas y plateas; a grito neurótico pa’ sus carnales u orejas cómplices nomás por el puro placer enfermo de ser”…Iguales que el Zumba, en sus parlamentos. Sin necesidad de un guión, sin eufemismos…Miren que a Don Alberto le zumbaba la periquera, porque aseguraba que esos calladitos y mustios no son mas que hipócritas. Zumba era una mezcla de humor y desengaño en conjunción con la picardía, propiciada por los extremos de la condición social que tienen lugar en nuestra sociedad… mire usted, que lo observé recalcitrante, al estilo de Jesús Pérez Gaona "¿Qué favor le debo al sol por haberme calentado, si de niño fui a la escuela, si de grande fui soldado, si de casado cabrón y de muerto condenado, qué favor le debo al sol por haberme calentado?"
No pretendo definir aquí ni en ninguna parte al ser humano… ni explicarlo filosóficamente, solo intento reflejar esa imagen inolvidable del amigo cotidiano que, como en este caso Zumba, en cualquier espacio se ganaba la vida honradamente, eso es suficiente merito para obtener el respeto general; además resulta exquisito comprender su manera natural de relación y trato con todo mundo. Esto no tiene tanto que ver con la verdad y con el universo, simplemente es el hombre y la percepción de sí mismo. Debíamos así también comprender mejor a los que ni con esfuerzo logran rebasar la barrera de convencionalismos… obtener éxito viene siendo un lujo que solo alcanzan miembros de las mafias sindicales y los dinastías políticas… los que consiguen dinero vendiendo hasta la conciencia si es necesario, para obtener por añadidura el titulo de “Señor”. Situación semejante a la de muchos profesionistas que tiene que desarrollarse con frustraciones en trabajos de lo que sea, por la falta de espacios y oportunidades… Zumba, en sus limitaciones académicas comentaba su éxito por encima de muchos ingenieros y licenciados que “están mas jodidos que yo”, “Mira al hijo de fulanito es un pendejo pero tiene su buena plaza… gracias a las relaciones familiares.” Así distinguía el Zumba nuestro desarrollo social y expresaba su mofa ante los improvisados o advenedizos que provocan el rezago o el rechazo de los genuinos valores, provocando el naufragio de la inteligencia y el desperdicio de capacidades… No tomar nada en serio tiene para algunos ese propósito de no balar al compás del rebaño, para hacer rbiar a quienes sí lo hacen, porque rebelarse a las normas sociales es rebelarse contra la conducta de quienes hacen la ley para aplicarla solo a los que no saben ni pueden defenderse.
Tenia su domicilio en la calle de Independencia esquina Dolores, compañero de la señora Santa Lara, y padre de una docena de cabrones: Abel, Santos, German, Maria, Pedro, Reyna, Paula, Minerva, Alberta, Dionisio, Josafat, Teresa, Laura, mas los etcéteras… Jovita, Basilia… Maria Elena. Cada uno de ellos son otra historia… Pocas veces lo decía pero Zumba sentiase orgulloso de sus hijos. Pensando en dos de ellos (“el católico” y Pedro) una mañana de aquellas lo vi “quebrarse” cuando un condiscípulo mío le decía que no completaba para los zapatos y tenia que desfilar… Zumba, generosamente, le dio para que comprara su calzado, diciendo: “ Mis hijos han de andar igual de necesitados allá por Xalapa, y no ha de faltar quien los ayude”. Alburero de a madre cuidaba a sus hijas en su estilo ¡no habia de otra! eran un chingo de viejas, a cuanto imprudente se las chuleaba, le ponía a escoger ¿cual prefieres… la de 15, la de 18 o la de 20? Ja ja ja nadamas que el Zumba no se refería a cosas de la edad sino al complicado sistema de medida inglesa de longitud.
Ese era Zumba… mi protagonista de estas sentidas líneas, nacido un 8 de abril de 1923…hasta que Nuestro señor lo jubilo, llevándoselo a descansar un soleado 15 de junio del año de 1992. Estuve cerca, de sus exequias… vi las miradas que lo despidieron… recuerdo ese recorrido prolongado donde se trasladó su féretro hasta el modesto “changarro” de jugos colocado, para entonces, en la acera de enfrente , donde estuvo la Carta Blanca muchos años..Depositaron un breve momento sus restos sobre el puesto de jugos… le tomaron fotos, lo llevamos al cementerio, le dijimos adiós.
Me debía esta oportunidad de significar la vida de este Hombre que conocí cuando chamaco. Nacido un 8 de abril de 1923… paradojicamente ninguno de sus hijos ha demostrado vocación por la venta de cítricos, sin embargo el destino ineluctable ha dado lugar a que un yerno: Juan Pablo Quintana Mercado, un chilango, cuya personalidad contrasta con el humor de Don Beto, decidió establecerse en esta ciudad, sin necesidad de tomar agua de Temoyo, y ¡casualidad! Determinó crear un expendio de Jugos y licuados nutricionales. Granola, yogur, polen, amaranto… Frutas, verduras y demás hierbas, que en ese “laboratorio de formulas exóticas” se transforman en preparados con denominaciones rimbombantes: “bombas”, “vampiros”, “varices”. Lo interesante es que su negocio , de alguna manera significa el rescate de la memoria de Zumba, pues el sujeto de marras ha dado vida a una boutique de néctares, con el sobrenombre de Alberto Jiménez Rufino, la negociación ubicada en la calle Antonio plaza 507, se denomina precisamente : Jugos Zumba, con un mural grafiteado en el interior con el rostro de Beto… asi es la vida!...hoy Alberto Jiménez Rufino se encuentra plasmado en la pared de una juguería que lleva su seudónimo… Parece que observara al hijo predilecto de Tepito con esos extractores tecnificados, preparando sus energéticos, nada que ver con ese artefacto casi artesanal que en su tiempo utilizó Zumba, para satisfacer el paladar de quienes en busca de saciar la sed lo recordamos nostálgicamente… Paz a ti por siempre, buen hombre.
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