jueves, 14 de enero de 2010

jose luis ortega

Sergio M. Trejo González.- Consternados y expectantes, nos encontramos los amigos de José Luis ortega Vidal ante la información venteada sobre el estado de salud que guarda. Impacientes e irritados por el acontecimiento que tuvo lugar hace un par de semanas, alrededor de las 4:00 a.m, donde el periodista cayó en un foso de 5 metros de profundidad en una construcción, al intentar escapar de Alejandro Wong Ramos, quien lo amenazaba con un arma de fuego en un bar de la ciudad de Coatzacoalcos.
“yo mato, tu matas, el mata…” es el verbo que conjuga rumiando un tipo llamado Alejandro quien, bravo como perro, guarda un odio singular a todo lo que parezca periodista. Wong es el apellido del violento protagonista que provoca la historia, donde nuestro compañero José Luis resulto la víctima, pues cuando convivía con algunos colegas en Coatzacoalcos llegó el exregidor de aquella ciudad acompañado de otros dos periodistas y comenzó a reclamar sobre cuestiones publicadas acerca de su persona en medios vinculados. La discusión, airada con la prepotencia del célebre y reincidente enemigo público de los reporteros, corresponsales, cronistas y todo lo que huela a tinta, subió de tono, llegó a las agresiones físicas, pidió a su guarura una pistola e inició una persecución contra los informadores. José Luis Ortega Vidal saltó una barda para evitar algún disparo, pero cayó en un desnivel y el impacto le causó un traumatismo craneoencefálico. Después fue trasladado a un centro de especialidades médicas en Xalapa donde se encuentra en compas de espera.José Luis ortega Vidal, es originario de Poza Rica y vecino de Acayucan con domicilio en la calle Guillermo Prieto del barrio Cruz Verde. Un periodista singular, sencillo y sincero. Respetado y respetable, con una trayectoria de trabajo ejemplar. Ha dirigido heraldos con Cecilio Pérez Cortes, con Gustavo González Godina y actualmente con Cesar Augusto Vázquez Chagoya entre otros. Ha desarrollado cuanto ha querido de proyectos periodísticos personales, fundando revistas, diarios, semanarios, boletines y etcétera, buscando sobrevivir y sobresalir en el medio, conquistando la admiración y el cariño de quienes lo tratamos. Es José Luis propietario de un talento cultivado con estudio y dedicación; dueño de una retorica pulcra que lo hace indispensable en reuniones y mesas de trabajo, por la importancia de sus disertaciones; desarrolla en sus exposiciones verdaderos encuentros de la literatura universal, apoyado en reflexiones filosóficas y reflejos poéticos de intensidad. Hombre tranquilo, Ortega, transita por ese camino importante del trabajo salpicado con la fraternidad y la armonía. De apreciaciones con sentido humanista, tanto que sus “Claroscuros” lo llevan a trazar esquemas, sobre indocumentados o niños de la calle, o perspectivas políticas donde subraya líneas de análisis, principalmente de justicia social, abordando los temas desde la perspectiva de los que menos tenemos. Desde esa trinchera, de quienes la revolución nos tiene jodidos, escuchamos a José Luis en sus razonamientos o leemos sus secciones editoriales o sus columnas que envuelven a cualquiera en la atmosfera de Machado o de Walt Whitman para decir “que se callen ahora las escuelas y los credos. Atrás. A su sitio. Sé cuál es su misión y no la olvidaré; que nadie la olvide… dejo hablar a todos sin restricción, y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.”
A cualquiera le caen en la conciencia, con mucho peso, los comentarios de sus columnas que llegan en los diarios voceados por el triciclo parlante… Vehículo que atropella caravanas de hormigas, mientras emite su clásico grito hoy actualizado: “¡conooooozcalo! Un Psicópata anda suelto en Coatzacoalcos, si lo encuentra salga corriendo y grite a la policía para que lo apañen”.
Parece que leo a José Luis en sus cavilaciones o sus paráfrasis “…triste respondo al panorama dibujado ante mis ojos Y nadie explica la tristeza en un mundo de risas y sonrisas Y si la noche llora será tal vez porque yo… porque yo … porque yo …” .
Así es Ortega, hombre de meditación, argumento y discusión. Sus polémicas siempre van exaltadas de la pasión propia del hombre minucioso y educado sin pretensión de erigirse dueño de la verdad. Un hombre que concede, concierta y conviene. No pretende convencer sino de orientar. José Luis sabe de sobra que a los locos, a los necios y los pendejos nada los persuade… De tal manera es la fuerza y la sensibilidad contenida en la pluma de Ortega Vidal que se puede escuchar, cuando leemos a José Luis, como fondo musical el tema del ídolo de Liverpool: “Imagina que no hay países, no es difícil de hacer, nadie por quien matar o morir ni tampoco religión, imagina a toda la genteviviendo la vida en paz…” .
Con el overol de periodista lo he visto mandar a la chingada a quien pretende sacar ventaja de alguna circunstancia, porque es hombre de valor pero no de puños y menos de armas. No, no me lo figuro retando a muerte a alguien. José Luis solamente instruye, juzga y aconseja, cumpliendo su vocación y sus impulsos y deberes con un ejercicio natural de su aptitud de discernir para enriquecer opiniones… sabe Pepe que “No se necesita una espada para cortar flores”.
Periodista por los cuatro lados, y de veinticuatro horas al día, no se reduce, mide ni limita a la práctica del periodismo en notas porque domina todos los géneros. Admirador de Benedetti, de Sabines, de Neruda, y de todos aquellos que son hermanos de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol… Devoto de la poesía de José Alfredo Jiménez o Armando Manzanero y de Chuy Rasgado. Adicto irredento del verso y la prosa que canta con Federico García Lorca o con Gustavo Adolfo Becker… se embriaga en la cadencia de las oscura golondrina que volverá en el balcón sus nidos a colgar.
Su amor por Maritza y por sus menores hijos solo se comparte con la letra bella, de ahí que fuera Principal promotor , con Eva López Robinson y Maligno Montes de Oca, de aquellas veladas y desveladas, en “La casa que arde de noche”, el lugar donde José Luis llegaba a departir en sus ratos libres con sus amigos los juglares contemporáneos que buscan la convivencia en esos nirvanas; recuerdo en esos terrenos cierta ocasión cuando emocionado, hizo añicos las estrellas derramando lagrimas sinceras, mientras proponía un brindis por la muerte de un amigo… así si lo conozco y así estamos también, conmovidos, tus amigos de la asociación “Arrieros del Apompo”, recordando la manera cómo has defendido el nombre y la dignidad de Acayucan, tu tierra adoptada; así estamos preocupados y extrañándote ”Asesores y consultores Legales” con la oración al todopoderoso para que te reincorpores de tu lecho. Así estamos, disminuidos por el trance, impacientes, quienes te conocemos y tratamos, con las organizaciones periodísticas de Acayucan y del estado de Veracruz, elevando la voz para que tu condición y circunstancia no quede impune; aquí permanecemos, preocupados, Con Alfredo Delgado, Luis Moreno, Enrique López, Reyes Bejarano, Posada, Radames, Leyton, Sixto, Napoleón, Quiroz, Netza, Josué, clamando y reclamando ¡justicia! para ti… que se busque y se encierre al prófugo que seguramente espera su amparo o algún beneficio de los que la ley concede a los delincuentes como Wong Ramos, que con dinero e influencias evaden sus responsabilidades.
José Luis Ortega, tienes que recuperarte! Aquí estamos para darte de nuevo un abrazo muy fuerte…
Marzo 19th, 2009

0 comentarios:

Publicar un comentario