diciembre 2005.
¡Un año más de vida!
Se acostumbra decir así cada vez que un año termina, y en consecuencia otro año comienza.
No estoy de acuerdo con esta expresión general, pues en realidad el "año más" debe contabilizarse en la fecha del cumpleaños de cada quien … para un servidor realmente un año termina el 30 de junio, pero bien, nuestro calendario civil señala que el 31 de diciembre es el fin de año, y en tal circunstancia, sin polemizar, hay que celebrar la noche vieja … la última noche del año.
Quiero hoy ser de la opinión que cada quien celebre como se le pegue su gana, con reflexiones o con bailes o con borrachera. Si la gente quiere botar su dinero que lo tire. Si desea arrepentirse de algo que no estuvo nada bien que se arrepienta y si quiere seguir en su desmadre que lo siga. El lector amable y mesurado podrá cuestionar mi opinión poco cristiana, pero es que en realidad cada quien debe ser responsable de su propia vida… y hasta de su muerte…. No, no voy a entrar en pormenores, cifras de dramas o tragedias que se viven por la licenciosa forma de abusar de la suerte. Ni un dato del saldo deprimente que produce cada año celebrar el fin de año a su manera… la cantidad es responsabilidad de los fabricantes pero la cantidad es responsabilidad de usted. Total ¿Cuántos de los que hoy estamos, no estaremos el año próximo?…
Mejor peeermítame aprovechar este valioso espacio, en este importante mes que se termina con el año, para decir públicamente: gracias.
Gracias, a Dios primero, por toda esa gama de oportunidades que tuve… conocí y conviví de nuevo con gente, nueva y añeja, cercana y lejana, que no veía o que no conocía… Vivimos en un mundo cada día más egoísta y oscuro, más ambicioso y corroído… Señor: me tuviste raya, muy limitado con el billete, pero ¡gracias! porque solo me has mandado avisos de que debo cuidar mi salud para que no ande causando lástima a nadie. Gracias. Me has abrumado de soledad. Te has pasado, pero ésta me ha servido para buscarte y así poder agradecerte esa fortaleza que me hace presumir en ser tu hijo consentido… por todo eso gracias… te ruego me sigas conservando en la palma de tu mano.
Ya metido en gratitud y agradecimiento… Gracias, también, por esa opinión valiosa de personas que se toman la molestia de leer esto que se me ocurrió llamar, hace algunos años, "Déjame que te cuente ..."
"Déjame que te cuente…". Es una intención de columna que no recuerdo bien cuando surgió. Tal vez nació en serio ¡oh paradoja!, en un "rescate de Chico Che" … luego, creo, vino un homenaje "en vida…" a Ruperto … Chimel y sus triciclos parlantes … Un réquiem a don Marcelo Ramírez, otro al profesor Alfredo Celis del Ángel … A Román Quiñones … A mi compadre Joaquín Betanzos … Al padre de Rubén Leptón … A la profesora Guadalupe Alcalá … hasta llegar al dilecto Clemente Suriano Mateo … Ahí la he llevado entre Temoyo, los arrieros y el primer viernes de marzo … la celebración de semana santa, las cruces, los meses del año … las estaciones, de los corredores, de los topes en las calles, y de las calles … de las estatuas y monumentos. De la amistad, de la madre, del hermano, del pariente, del condiscípulo … Ya escribía otros ensayos a petición de Jorge Cárdenas y de Ricardo Gutiérrez. Remedos de diálogos o crónicas, políticas, culturales o de chacota pura y profunda. No se cuantos años he andado recibiendo comentarios y críticas, que acepto con todo respeto … hasta el sarcasmo de mis amigos tomo con rendibú, pues denotan que aunque no les agrada mi estilo gastan su tiempo y su dinero en comprar periódico y leer de pasadita mis modestos circunloquios perifrásticos verborrágicos.
Gracias, a la dirección de los diarios y de las revistas que soportan mi colaboración, que sería mayor si no estorbara. Sinceramente lo hago porque es hermoso comunicar algo que se trae en la vena, que no cabe, que necesita decirse, porque además así se encuentra uno, a quien también piensa y siente igual que nosotros; que comparte en el alma esa extraña sensación de no se … melancolía, coraje, impotencia, parvedad. Es como tratar de adivinar lo que alguien desea expresar, acariciar el corazón de tanta gente bonita, estremecerlo, explorarlo, hacerlo pedazos, para que se sienta vivo… para que recordemos cuan frágiles, efímeros y pasajeros somos.
No siempre resulta fácil desarrollar un tema, se debe partir de la idea que nadie es dueño de la verdad, que la inspiración es veleidosa. Un café, una charla, el silencio pueden ayudar. Los maestros de la melancolía dirían que simplemente hay que desnudar la piel, quitarse la máscara, tratando de ser original, auténtico, para que quien nos lea sienta que en lugar de leernos nos están oyendo, nos están mirando, viviendo lo que se intenta trasmitir con la pluma.
Pretendo, siguiendo impulsos, llegar al lado humano y sensible de las personas o de las cosas, de los momentos... todo en la vida nos deja una lección que muchas veces no aprendemos ni atendemos.Resulta incómodo escuchar a las personas quejarse de los demás, echarle la culpa o otros, lamentarse de algo que pudieron evitar… en ocasiones se tiene la felicidad a la mano y la dejamos escapar; empero tenemos la obligación de ser felices. La felicidad es un deber más que un derecho… si no somos felices nos pasamos amargando a quienes se nos acercan.
En "Déjame que te cuente….". Procuramos, cuando se puede, y no siempre se logra, transmitir ese aire de nostalgia. La nostalgia es la menos triste de todas las tristezas. Nos sirve para recordar de dónde venimos, exponiéndose a la confusión de esto con nota de sociales, imponiendo al lector aspectos personales … Nostalgia, luz, inmensa guía, taciturna pero encendida sacando provecho de esa memoria poblada de historias que me dan un sentido de pertenencia. Todo se ha hecho, todo ha sido contado, todo ha sido cantado, lo conocemos, sólo venimos a recordarlo y así recuerdo que alguien decía: “El pasado es historia, el futuro un misterio y este momento un regalo…
Ofrezco, otra vez, disculpas por esas referencias a nuestros mayores, de la grandeza de quienes nos antecedieron, para no andar como estúpidos sin saber qué hacer ante la adversidad … porque no creo en las generaciones espontáneas … el manzano da manzanas, el naranjo nos obsequia naranjas … Hasta la basura y la mierda puede resultar buen abono, si la composta se mezcla adecuadamente. El asunto es combinar, con austero talante, el lenguaje coloquial con las frases elevadas … sin pose de intelectualidad, procurando evitar lo bellaco. Sin eufemismos pero glosando a los clásicos del pensamiento universal de los que alguna vez escuchamos algo… Lo hacemos con ganas y con mucho gusto, le ponemos estado de ánimo, tiempo, disposición... Un escenario. Cualquiera que escriba sabe mejor que un servidor de que se requiere para esto valor, olfato y sensibilidad.
Escribir me parece sencillo y complejo. Es como platicar con el riesgo de meterte en lo que no te importa… se debe guardar cierto equilibrio para no caer en barbaridades, insultos o lambisconerías… ese es el chiste, el problema y la responsabilidad de quien se expresa públicamente en aras del periodismo, profesión que no tengo pero que me gusta mucho y que practico como aquel "Romero" de León Felipe: "… Cualquiera sirve, cualquiera”… buscando siempre mantener el interés de alguien que busca algo de "la gente, de la rosa, del perro, del amor, de cualquier cosa que pueda el sentimiento recoger" … Espero haberlo conseguido al menos en alguna ocasión en este 2005 … sus recomendaciones, querido lector, me nutren. Por eso le doy las gracias… esperando encuentre agradables en el 2006 estas colaboraciones que con cariño entrego para usted, cada vez que puedo.
jueves, 21 de enero de 2010
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